San Judas notó la paciencia y cuidado que Jesús tuvo con Judas, de motivarlo por los asuntos de Dios y de la vida eterna. Jesús explicaba aquello de buscar lo que está perdido hablándoles de una oveja que se pierde, pero podemos pensar en algo que queremos mucho y se nos pierde con interés, lo buscamos y qué miedo nos da no encontrarlo.
La oveja se pierde porque al andar pastando encuentra yerbas que le son apetitosas y no se preocupa que sus compañeras van quedando cada vez más lejos y cuando quiere reintegrarse al rebaño ya no lo encuentra. Discípulos que somos de Cristo andamos buscando lo que alimenta nuestros intereses, si lo que nos interesa son comportamientos según lo enseñado por Cristo andaremos por la vida en compañía segura. Pero si andamos probando ideas o costumbres que se aleja de lo mandado por Cristo acabaremos por sentir que andamos perdidos y que Cristo nos busca.
Ahí es donde entra en función la labor de San Judas, rogará por nosotros, en nuestra conciencia nos hará sentir que el camino es Cristo. San Judas con Cristo nos lleva por buen camino.